Las trompas de caza se
convirtieron en circulares pues así eran más fáciles
de portar por el intérprete sobre su hombro, o sobre su cabeza
y debajo del brazo. En sus inicios como instrumento de la orquesta, la
trompa sólo podía tocar las notas de su serie armónica.
Si la música cambiaba de tonalidad, el músico debía,
en teoría, de cambiar a una trompa adecuada. Pronto fue constatado
que variando la longitud del tubo sería una solución. Así,
fueron usando tubos extras llamados "codos".
Pero no importaba cuantos
"CODOS" se usaran, el músico aún disponía
solamente de las series de armónicos de la longitud total. Cuando
escribían su música, los compositores tenían que
dar tiempo a los músicos para cambiar los tubos extras.
Una cierta ayuda a los
intérpretes llegó cuando a mediados del siglo XVIII, se
descubrió que se podían obtener diferentes notas colocando
la mano derecha dentro de la campana.
Pero el sonido de estas notas extras era diferente en calidad al de las
notas principales. Entonces, sobre 1815, la invención del sistema
de válvulas eliminó los "CODOS". Esto significaba
que con tubos extra permanentemente fijados a la trompa, las tres válvulas,
usadas en combinación, podían acortar o alargar el tubo
y producir así una amplia extensión de notas.

La trompa moderna (con
una longitud del tubo, incluyendo válvulas de unos 5m) es un instrumento
transpositor. Está afinado musicalmente en Fa, por lo que su música
está escrita una quinta justa mas alta que el sonido real.
Muchos intérpretes
usan actualmente una trompa doble. Esta tiene una cuarta válvula
que sitúa el instrumento en Sib (una cuarta mas alta que la trompa
en Fa). Ello permite un mayor control de las notas altas.
Para
un intérprete resulta difícil dominar a la vez las notas
muy altas y muy bajas; por eso los músicos suelen especializarse
en una u otra extensión.