Personajes
SOLEDAD ANSELMO AURELIO INQUISIDOR |
Mezzosoprano Tenor Barítono Bajo |
La acción se desarrolla en Córdoba (México) y Ciudad de México.
OBERTURA. Cuadro Primero (La escena se desarrolla en una plaza de la ciudad de Córdoba, Veracruz, México en la época de la república) CORO ¿Quién sabe de dónde vino? ¿Quién sabe de cuándo llegó? En Córdoba... ¡Desde cuando! Apareció de improviso... por ella no pasa el tiempo ¿Es muy joven? ¿Es ya vieja? Joven cuando la miramos. Vieja si la recordamos. Siempre ha estado aparte, sola, trabajando en el portal. ¿Para quién trabaja tanto? No tiene padres ni amigos... ¡A fuerza de verla sola se le llama Soledad! (Aparece Soledad dentro del portal, enciende el fuego y sin hacer caso de nadie canta para sí:) SOLEDAD Como el agua, Como el viento sin reposo y sin demora circular como corriente por el aire, por los mares; no mirar a quien nos mira: nunca posarse en la tierra... y llevar entre los brazos como si fuera a perderse, como el agua que se vierte si se pierde el equilibrio al autor de nuestra vida, a quien nos dio el ser, ¡Tan viejo! que solo es visión, imagen a nuestro padre atenuado por los siglos que ha vivido y que alienta al lado nuestro sólo por que uno lo mira. CORO ¿Qué anhelos y qué zozobras siembra cuando se abanica? SOLEDAD Sólo por que una lo guarda como se guarda un tesoro. CORO Ojalá se la llevara para siempre de Córdoba el aire del abanico. SOLEDAD Como el agua, Como el viento. (El coro se va, y se hace de noche. Aparecen los siete enamorados acechando a la mulata. Ella les impide el paso pero se reúne con ellos en la plaza) AURELIO Déjanos beber tu aliento. PRIMER ENAMORADO Déjanos entrar Mulata... Ansiamos tenerte cerca. SOLEDAD En Córdoba hay muchas casas donde todo es alegría. Tras de la reja hay muchachas pálidas como magnolias. AURELIO Sin ti, si no nos conduces, no iremos por esas calles... Déjanos en la plazuela mirarte bajo la luna. SOLEDAD La calle es un laberinto... la calle nos lleva lejos... Lejos de la Soledad, lejos de los pensamientos. PRIMER ENAMORADO Seguirte por donde vayas... seguirte por donde quieras. ANSELMO En la penumbra de mi estancia cierro los ojos y te miro y me persigue la fragancia de tu cuerpo cuando respiro. Y cuando mi boca te nombra para decirte que te ama, es sólo un fantasma a quién llama, un espejismo y una sombra. Tengo celos hasta del viento que te ciñe el cuerpo ondulante, que se funde con tu aliento y te abraza como un amante. Y no obstante, ¡cómo culparte cuando vuelvo a la realidad! Se que es inútil desearte pues si todos se te han rendido ningún hombre te ha poseído. ¡Y sigues sola Soledad! SOLEDAD Sola, sí, con mi amor secreto, con mi amor que no tiene edad y que me sirve de amuleto y que llena mi Soledad. ANSELMO Dime... ¿Quién es ese rival? SOLEDAD Tu rival es un pobre anciano, el que me llevó de la mano como un niño lo llevo yo. ANSELMO ¿Tu padre acaso? SOLEDAD Mi viejo padre moriría si me casara con mortal. ahora ya sabes mi secreto. No tuve valor de callar. ANSELMO Dime... ¿porqué me lo has confiado? ¡Y me dejas desesperado! SOLEDAD Tu rostro es blanco y es moreno su dulce rostro y es igual. Si por mi boca tu has sabido la verdad, es por el raro parecido entre mi viejo padre y tú. ANSELMO ¿Dices que soy su misma cara? SOLEDAD Que nos acerca... y nos separa. Adiós Anselmo. ¡Nunca más! (Se besan, entra Aurelio y los sorprende) AURELIO ¡Anselmo! Ella será tu perdición como es la mía. ANSELMO Tú no sabes... AURELIO De ella nada quiero saber. Ya sé bastante de su hechizo. ¡Quiero salvarte! (Aurelio desenvaina, trata de herir a Soledad) ANSELMO Antes que herirla tendrías... AURELIO ¡Hazte a un lado! ¡La mataré! (Atraviesa a Anselmo que cae muerto) ¡Auxilio! ¡Por Dios! ¡Auxilio! ¡Gente de Córdoba, ayuda! ¡Miren! ¡Lo he matado! ¡No es cierto! ¡Es ella quién lo mató! Quise salvarme, salvarlo, y en el momento de herirla se disipó su presencia. Anselmo recibió el golpe destinado a liberarnos. CORO ¡La mulata! ¡La mulata! ¡Tenía que ser obra suya! Obra se su maleficio. AURELIO ¡Por la traición y el engaño, por la sangre derramada no la dejen escapar! AURELIO, CORO Por la sangre derramada, esta vez no escapará. Cuadro Segundo Introducción Orquestal (La escena se desarrolla en la Plaza de Santo Domingo junto al Santo Oficio, en la Ciudad de México) CORO FEMENINO ¿Vienes del norte o del sur? SOLEDAD Ni del norte ni del sur... CORO MASCULINO Hace tiempo que vive en la vecindad, al lado de la plazuela. CORO FEMENINO ¡No es cierto! Nunca la hemos encontrado en el patio, en el zaguán. SOLEDAD Raras veces salgo al patio, temo llegar a la calle, temo perderme en el barrio. Es ya tarde, tengo prisa, déjenme pasar vecinos. CORO Sin familia, sin esposo. Sin nombre que nos distinga, no se vive en nuestra tierra. CORO MASCULINO Sin un querer no se vive, decídete por alguno de nosotros. SOLEDAD No debo casarme nunca. No estoy sola. Vivo junto de una imagen ¡de un recuerdo! Y la guardo y la conservo como si fuera a extinguirse; como si fuera a dejarme sola, para siempre sola. No permito que la toque ni la distancia ni el tiempo la llevo por los caminos contra la lluvia y el cierzo, cuando debo detenerme para no verter su aliento. Si hay sol la cubre mi sombra; cuando hay luna la contemplo. Para conservar la imagen, sustentarla, venerarla no debo casarme nunca. CORO MASCULINO ¡No se vive de espejismos! ¡No se vive en Soledad! SOLEDAD Para no turbar la imagen, debo irme, debo pasar. (Llegan Aurelio y los cinco enamorados) AURELIO ¡Apártense! ¡No se manchen! ¡Esa hembra nos pertenece! PRIMER ENAMORADO ¡La seguimos noche y día! ¡Es reo de la justicia! SOLEDAD ¡Mienten! ¡Mienten esos hombres! CORO MASCULINO Hace tiempo que vive en la vecindad, al lado de la plazuela CORO FEMENINO ¡Se engañan! ¡Esta mañana apareció de repente! AURELIO ¡La Mulata, la traidora, en todas partes está pero también en ninguna! ¡No la dejen escapar, ella sabe disiparse! SOLEDAD ¡Mienten! ¡Mienten! ¡Mienten! AURELIO ¡No miento, no! ¡No mentimos! Por esta cruz yo lo juro. Ella estos ojos cegó; ella armó esta misma mano, ella fue, que no fui yo la que a Anselmo asesinó. ¡Era mi amigo, mi hermano! A la hora que la encontramos, si devora lo que alcanza ¿Qué esperamos? ¡Conmigo todos! ¡Venganza! (Aterrorizada Soledad corre a pedir auxilio a las puertas del Santo Oficio) SOLEDAD ¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Auxilio!... ¡Justicia! Cuadro Tercero (La escena representa El Santo Oficio) EL GRAN INQUISIDOR (Con gran autoridad) Pides Auxilio mujer. Buscas refugio, justicia. El santo Oficio te brinda penitencia y contrición. La inquisición te defiende del cuerpo, de tus sentidos que son sus aberraciones. ¡La inquisición te redime! ¡El santo Oficio te salva! SOLEDAD ¿Aberraciones has dicho? A mis sentidos no cedo, sólo mi espíritu cuenta y es puro como la llama. EL GRAN INQUISIDOR No se si fue por astucia, antes de llamar aquí, has hablado de una imagen que donde quiera te sigue. SOLEDAD Dices verdad y la digo: hay a mi lado una imagen que me protege, me guía; vivo por que la contemplo, ella alienta porque existo, antigua como la nube, es agua, es aire, y es luz. EL GRAN INQUISIDOR ¿Existe prueba mayor de falacia y de soberbia? Sí, eterna, no muestra a Dios, de su adversario es la forma. SOLEDAD ¡Mentira! ¡Mentira has dicho! ¡Mi padre no es su adversario! EL GRAN INQUISIDOR ¿Tu padre...? ¿Vive tu padre? ¿Por qué ocultas su presencia y disimulas su nombre? SOLEDAD ¡No debo decir su nombre! ¡Vive su imagen sagrada! EL GRAN INQUISIDOR ¡Espectro...! Luego veneras como a la Sagrada Imagen a una forma negativa, a la sombra de un difunto... SOLEDAD ¡Mi padre no muere! ¡No! ¡Callaré su dulce nombre! ¡No lo escucharán jamás, oídos que son mortales! EL GRAN INQUISIDOR ¡Basta! ¡Blasfemas, injurias en lugar de arrepentirte! Tu sentencia has pronunciado. CORO MASCULINO Las llamas te librarán de tu cuerpo y sus engaños; lo consumirá la imagen, imagen del fuego eterno. FRAY ANSELMO Yo solicito humildemente hablar de nuevo a esa mujer. Acaso una prueba clemente pueda a su demonio vencer. Todos en Dios somos hermanos e iguales ante su mirada. Extiende hacia esta cruz las manos y de tu mal serás curada. Pon tu confianza en este signo de amor divino y de pasión, para que el demonio maligno huya al fin de tu corazón, que si a tu padre un juramento has hecho, que ahora te exalta y te prohibe, violento, pronunciar su nombre en voz alta, escribirlo no te prohibe. Para acabar con el conjuro toma esta tiza, hermana, escribe... ¡Escribe su nombre en el muro! (Soledad parece obedecer, pero en lugar de escribir dibuja una embarcación cuyo trazo se vuelve incandescente. Fray Anselmo se esfuma. |