1La Mulata de Córdoba      

La Mulata de Córdoba es la única ópera del compositor mexicano José Pablo Moncayo (1912 - 1958).

El libreto en un acto, está basado en una antigua leyenda mexicana, siendo sus autores Javier Villaurrutia (1903 - 1950) y Agustín Lazo (1896 - 1971).

El estreno tuvo lugar en el Teatro de Bellas Artes de la Ciudad de México el 28 de octubre de 1948. La Orquesta Sinfónica Nacional de México estuvo dirigida por el propio compositor, la mezzosoprano Oralia Domínguez cantó el papel de La Mulata.

 

Personajes

SOLEDAD

ANSELMO

AURELIO

INQUISIDOR
Mezzosoprano

Tenor

Barítono

Bajo

 

La acción se desarrolla en Córdoba (México) y Ciudad de México.

OBERTURA.


Cuadro Primero

(La escena se desarrolla en una plaza de la ciudad de
Córdoba, Veracruz, México en la época de la república)

CORO
¿Quién sabe de dónde vino?
¿Quién sabe de cuándo llegó?
En Córdoba...
¡Desde cuando!
Apareció de improviso...
por ella no pasa el tiempo
¿Es muy joven?
¿Es ya vieja?
Joven cuando la miramos.
Vieja si la recordamos.
Siempre ha estado aparte,
sola, trabajando en el portal.
¿Para quién trabaja tanto?
No tiene padres ni amigos...
¡A fuerza de verla sola
se le llama Soledad!

(Aparece Soledad dentro del portal, enciende el 
fuego y sin hacer caso de nadie canta para sí:)

SOLEDAD
Como el agua,
Como el viento
sin reposo y sin demora
circular como corriente
por el aire,
por los mares;
no mirar a quien nos mira:
nunca posarse en la tierra...
y llevar entre los brazos
como si fuera a perderse,
como el agua que se vierte
si se pierde el equilibrio
al autor de nuestra vida,
a quien nos dio el ser,
¡Tan viejo!
que solo es visión, imagen
a nuestro padre
atenuado por los 
siglos que ha vivido
y que alienta
al lado nuestro
sólo por que uno lo mira.

CORO
¿Qué anhelos
y qué zozobras
siembra cuando se abanica?

SOLEDAD
Sólo por que una lo guarda
como se guarda un tesoro.

CORO
Ojalá se la llevara 
para siempre de Córdoba
el aire del abanico.

SOLEDAD
Como el agua,
Como el viento.

(El coro se va, y se hace de noche. Aparecen los 
siete enamorados acechando a la mulata. Ella les 
impide el paso pero se reúne con ellos en la plaza)

AURELIO
Déjanos beber tu aliento.

PRIMER ENAMORADO
Déjanos entrar Mulata...
Ansiamos tenerte cerca.

SOLEDAD 
En Córdoba hay muchas casas
donde todo es alegría.
Tras de la reja hay muchachas
pálidas como magnolias.

AURELIO
Sin ti, si no nos conduces,
no iremos por esas calles...
Déjanos  en la plazuela 
mirarte bajo la luna.

SOLEDAD 
La calle es un laberinto...
la calle nos lleva lejos...
Lejos de la Soledad,
lejos de los pensamientos.

PRIMER ENAMORADO
Seguirte por donde vayas...
seguirte por donde quieras.

ANSELMO
En la penumbra de mi estancia
cierro los ojos y te miro
y me persigue la fragancia
de tu cuerpo cuando respiro.
Y cuando mi boca te nombra
para decirte que te ama,
es sólo un fantasma a quién llama,
un espejismo y una sombra.

Tengo celos hasta del viento
que te ciñe el cuerpo ondulante,
que se funde con tu aliento
y te abraza como un amante.

Y no obstante, ¡cómo culparte
cuando vuelvo a la realidad!
Se que es inútil desearte
pues si todos se te han rendido
ningún hombre te ha poseído.
¡Y sigues sola Soledad!

SOLEDAD
Sola, sí, con mi amor secreto,
con mi amor que no tiene edad
y que me sirve de amuleto
y que llena mi Soledad.

ANSELMO
Dime... ¿Quién es ese rival?

SOLEDAD
Tu rival es un pobre anciano,
el que me llevó de la mano
como un niño lo llevo yo.

ANSELMO
¿Tu padre acaso?

SOLEDAD
Mi viejo padre moriría
si me casara con mortal.
ahora ya sabes mi secreto.
No tuve valor de callar.

ANSELMO
Dime... 
¿porqué me lo has confiado?
¡Y me dejas desesperado!

SOLEDAD
Tu rostro es blanco
y es moreno su dulce rostro
y es igual.
Si por mi boca 
tu has sabido la verdad,
es por el raro parecido
entre mi viejo padre y tú.

ANSELMO
¿Dices que soy su misma cara?

SOLEDAD
Que nos acerca...
y nos separa.
Adiós Anselmo.
¡Nunca más!

(Se besan, entra Aurelio y los sorprende)

AURELIO
¡Anselmo! Ella será
tu perdición
como es la mía.

ANSELMO
Tú no sabes...

AURELIO
De ella nada quiero saber.
Ya sé bastante de su hechizo.
¡Quiero salvarte!

(Aurelio desenvaina, trata de herir a Soledad)

ANSELMO
Antes que herirla
tendrías...

AURELIO
¡Hazte a un lado!
¡La mataré!

(Atraviesa a Anselmo que cae muerto)

¡Auxilio! ¡Por Dios! ¡Auxilio! 
¡Gente de Córdoba,
ayuda! ¡Miren!
¡Lo he matado! 
¡No es cierto!
¡Es ella quién lo mató!
Quise salvarme, salvarlo,
y en el momento de herirla
se disipó su presencia.
Anselmo recibió
el golpe destinado a liberarnos.

CORO
¡La mulata!
¡La mulata!
¡Tenía que ser obra suya!
Obra se su maleficio.

AURELIO
¡Por la traición y el engaño,
por la sangre derramada
no la dejen escapar!

AURELIO, CORO
Por la sangre derramada,
esta vez no escapará.


Cuadro Segundo


Introducción Orquestal

(La escena se desarrolla en la Plaza de Santo Domingo
junto al Santo Oficio, en la Ciudad de México)

CORO FEMENINO 
¿Vienes del norte o del sur?

SOLEDAD
Ni del norte ni del sur...

CORO MASCULINO
Hace tiempo
que vive en la vecindad,
al lado de la plazuela.

CORO FEMENINO 
¡No es cierto!
Nunca la hemos
encontrado en el patio,
en el zaguán.

SOLEDAD
Raras veces salgo al patio,
temo llegar a la calle,
temo perderme en el barrio.
Es ya tarde, tengo prisa,
déjenme pasar vecinos.

CORO
Sin familia, sin esposo.
Sin nombre que nos distinga,
no se vive en nuestra tierra.

CORO MASCULINO
Sin un querer no se vive,
decídete por alguno de nosotros.

SOLEDAD
No debo casarme nunca.
No estoy sola.
Vivo junto de una imagen
¡de un recuerdo!
Y la guardo y la conservo
como si fuera a extinguirse;
como si fuera a dejarme sola,
para siempre sola.

No permito que la toque
ni la distancia ni el tiempo
la llevo por los caminos
contra la lluvia y el cierzo,
cuando debo detenerme
para no verter su aliento.

Si hay sol la cubre mi sombra;
cuando hay luna la contemplo.
Para conservar la imagen,
sustentarla, venerarla
no debo casarme nunca.

CORO MASCULINO
¡No se vive de espejismos!
¡No se vive en Soledad!

SOLEDAD
Para no turbar la imagen,
debo irme, debo pasar.

(Llegan Aurelio y los cinco enamorados)

AURELIO
¡Apártense! ¡No se manchen!
¡Esa hembra nos pertenece!

PRIMER ENAMORADO
¡La seguimos noche y día!
¡Es reo de la justicia!

SOLEDAD
¡Mienten!
¡Mienten esos hombres!

CORO MASCULINO
Hace tiempo
que vive en la vecindad,
al lado de la plazuela

CORO FEMENINO 
¡Se engañan!
¡Esta mañana
apareció de repente!

AURELIO
¡La Mulata, la traidora,
en todas partes está
pero también en ninguna!
¡No la dejen escapar,
ella sabe disiparse!

SOLEDAD
¡Mienten!
¡Mienten! ¡Mienten!

AURELIO
¡No miento, no!
¡No mentimos!
Por esta cruz
yo lo juro.

Ella estos ojos cegó;
ella armó esta misma mano,
ella fue, que no fui yo
la que a Anselmo asesinó.
¡Era mi amigo,
mi hermano!
A la hora que la encontramos,
si devora lo que alcanza
¿Qué esperamos?
¡Conmigo todos!
¡Venganza!

(Aterrorizada Soledad corre a pedir 
auxilio a las puertas del Santo Oficio)

SOLEDAD
¡Auxilio! ¡Auxilio! 
¡Auxilio!...
¡Justicia!


Cuadro Tercero


(La escena representa El Santo Oficio)

EL GRAN INQUISIDOR
(Con gran autoridad)
Pides Auxilio mujer.
Buscas refugio, justicia.
El santo Oficio te brinda
penitencia y contrición.
La inquisición 
te defiende del cuerpo,
de tus sentidos
que son sus aberraciones.
¡La inquisición te redime!
¡El santo Oficio te salva!

SOLEDAD
¿Aberraciones has dicho?
A mis sentidos no cedo,
sólo mi espíritu cuenta
y es puro como la llama.

EL GRAN INQUISIDOR
No se si fue por astucia,
antes de llamar aquí,
has hablado de una imagen
que donde quiera te sigue.

SOLEDAD
Dices verdad y la digo:
hay a mi lado una imagen
que me protege, me guía;
vivo por que la contemplo,
ella alienta porque existo,
antigua como la nube,
es agua, es aire, y es luz.

EL GRAN INQUISIDOR
¿Existe prueba mayor
de falacia y de soberbia?
Sí, eterna, no muestra a Dios,
de su adversario es la forma.

SOLEDAD
¡Mentira! ¡Mentira has dicho! 
¡Mi padre no es su adversario!

EL GRAN INQUISIDOR
¿Tu padre...?
¿Vive tu padre?
¿Por qué ocultas su presencia
y disimulas su nombre?

SOLEDAD
¡No debo decir su nombre!
¡Vive su imagen sagrada!

EL GRAN INQUISIDOR
¡Espectro...!
Luego veneras 
como a la Sagrada Imagen
a una forma negativa,
a la sombra de un difunto...

SOLEDAD
¡Mi padre no muere! ¡No!
¡Callaré su dulce nombre!
¡No lo escucharán jamás,
oídos que son mortales!

EL GRAN INQUISIDOR
¡Basta! ¡Blasfemas, injurias 
en lugar de arrepentirte!
Tu sentencia has pronunciado.

CORO MASCULINO
Las llamas te librarán
de tu cuerpo y sus engaños;
lo consumirá la imagen,
imagen del fuego eterno.

FRAY ANSELMO
Yo solicito humildemente
hablar de nuevo a esa mujer.
Acaso una prueba clemente
pueda a su demonio vencer.

Todos en Dios 
somos hermanos
e iguales 
ante su mirada.
Extiende 
hacia esta cruz las manos
y de tu mal
serás curada.

Pon tu confianza en este signo
de amor divino y de pasión,
para que el demonio maligno
huya al fin de tu corazón,
que si a tu padre
un juramento has hecho,
que ahora te exalta y te prohibe,
violento, pronunciar su nombre
en voz alta, escribirlo no te prohibe.
Para acabar con el conjuro
toma esta tiza, hermana, escribe... 
¡Escribe su nombre en el muro!

(Soledad parece obedecer, pero en lugar de escribir dibuja una embarcación cuyo trazo 
se vuelve incandescente. Fray Anselmo se esfuma.
La Mulata de Córdoba sube al bajel y, navegando desaparece.)