Las Siete Puertas de Jerusalén      
Seven Gates of Jerusalem
(Sinfonía VII)

Krzysztof Penderecki (Debica, Polonia, 1933) recibió en 1995 el encargo de las autoridades israelíes de componer una obra que conmemorase el tercer milenio de la ciudad de Jerusalén.

Penderecki concibió su obra como una gran sinfonía coral, como la novena de Beethoven, y le adjudicó el número siete (aún no había compuesto su sinfonía número seis). La obra, de gran formato, requiere la participación de cinco solistas, un narrador, tres coros, una gran orquesta sobre el escenario con tres grupos de percusión y otra orquesta pequeña sobre una galería de la sala.

Los textos, impresionantes, de Las Siete Puertas de Jerusalén (la octava puerta, dorada, está reservada según la tradición judía a la llegada del Mesías) están extraídos del Antiguo Testamento y son cantados en latín, excepto el sexto que se recita en hebreo (narra la visión del profeta Ezequiel sobre la resurrección, en clara referencia a la resurrección del pueblo judío después del holocausto nazi)

La sinfonía se estrenó el 9 de enero de 1997 en Jerusalén, siendo sus intérpretes: Mariana Nicolesco (soprano), Sylvia Greenberg (soprano), Jadwiga Rappé (alto), Jewgenij Schapowalow (tenor), Reinhardt Hagen (bajo) y Boris Carmeli como narrador; Coros de las Radios de Munich, Stuttgart y Leipzig; Orquestas Sinfónicas de la Radio Bávara y de Jerusalén; todos ellos bajo la dirección de Lorin Maazel.

Ad maiorem Dei gloriam et eius sanctae civitatis laudem aeternam

(A la mayor gloria de Dios y del solar eterno de su ciudad santa)

 

I

Psalmus 47,2
Magnus Dominus
et laudabilis nimis in civitate Dei nostri
in monte sancto eius.

Psalmus 95,1-3
Cantate Domino canticum novum,
cantate Domino omnis terra.
Cantate Domino, et benedicite nomini eius.
Annuntiate de die in diem salutare eius.
Annuntiate inter gentes gloriam eius,
in omnibus populis mirabilia eius.

Psalmus 47,2
Magnus Dominus
et laudabilis nimis in civitate Dei nostri
in monte sancto eius.

Psalmus 47,15
...Hic est Deus, Deus noster in aeternum
et in saeculum saeculi...

Psalmus 47,2
Magnus Dominus...
in civitate Dei nostri...


II

Psalmus 136,5
Si oblitus fuero tui, Ierusalem,
oblivioni detur dextera mea.


III

Psalmus 129,1-5
De profundis clamavi ad te, Domine:
Domine exaudi vocem meam,
fiant aures tuae intendentes
in vocem deprecationis meae.
Si iniquitates observaveris, Domine,
Domine, quis sustinebit?
Quia apud te propitiatio est
et propter legem tuam sustinui te, Domine.
Sustinuit anima mea in verbo eius.
Speravit anima mea in Domino.


IV

Psalmus 136,5
Si oblitus fuero tui, Ierusalem,
oblivioni detur dextera mea.

Isaias 26,2
Aperite portas, et ingrediatur gens iusta,
custodiens veritatem.

Isaias 52,1
Consurge, consurge,
induere fortitudine tua, Sion!
Induere vestimentis gloriae tuae, Ierusalem,
civitas sancti...

Psalmus 136,5
Si oblitus fuero tui, Ierusalem,
oblivioni detur dextera mea.


V

Psalmus 147,12-14
Lauda Ierusalem, Dominum,
lauda Deum tuum, Sion,
quoniam confortavit seras portarum tuarum.
Benedixit filiis tuis in te
qui posuit fines tuos pacem...
Lauda Deum tuum, alleluia.


VI

Ezechiel 37,1-10
Hay-ta a-lie yad Adonai
va-yotsi-eni veruakh Adonai,
va-nikheni be-tokh ha-bik-ah
ve-he meali-ah a-tsamot;

Ve-heh-evirani alehem
saviv ve-hineh rabot me-od
al penay ha-bik-ah ve-hineh
yevaishote me-od.

Va-yomer ai-lie: ben adam,
ha-tikhyenah ha-a-tsamot ha eleh?
Va-omar: Adonai Elohim, atah yadata.

Va-yomer ai-lie: he-naveh al
ha-a-tsamot ha-eleh va-amarta alehem
ha-a-tsamot ha-yevaishote,
shim-u devar Adonai.

Koh amar Adonai Elohim la-a-tsamot
ha-eleh hineh ani maivi
va-khem ruakh ve-khiyitem.

Ve-natati alaikhem gidim,
ve-ha-alaiti alaikhem basar,
ve-karamti alaikhem or,
ve-natati va-khem ruakh ve-khiyitem;
vi-da-tem ki ani Adonai.

Ve-ni-baiti ka-asher tsu-vaiti vay-he kol
ke-hi-novee, ve-hineh ra-ash,
va-tikrevu a-tsamot etsem el-azmo.

Ve-ri-i-ti ve-hineh alehem
gidim u-vasar alah,
va-yikram alehem or mil-malah,
veruakh ain ba-hem.

Va-yomer ai-lie: he-naveh el ha-ruakh,
he-naveh ben adam,
ve-amarta el ha-ruakh koh
amar Adonai Elohim:
may-arba rukhot bo-ce ha-ruakh,
u-fekhi ba-harugim ha-eleh ve-yikhyu.

Ve-hinabaiti ka-asher tsivani,
va-tavo va-hem ha-ruakh
va-yikhyu, va-ya-amdu al rag-laihem,
khayil gadol me-od me-od.


VII

Ieremias 21,8
...Haec dicit Dominus:
Ecce ego do coram vobis viam vitae,
et viam mortis.

Daniel 7,13
...Et ecce cum nubibus caeli quasi
Filius hominis veniebat...

Isaias, 59,19
Et timebunt qui ab occidente
nomen Domini,
et qui ab ortu solis gloriam eius,
cum venerit quasi fluvius violentus
quem spiritus Domini cogit.

Isaias 60,1-2
Surge illuminare, Ierusalem,
quia venit lumen tuum.
Et gloria Domini super te orta est.
Quia ecce tenebrae operient terram
et caligo populos;
super te autem orietur Dominus,
et gloria eius in te videbitur.

Psalmus 47,2 (48,2)
Magnus Dominus et laudabilis nimis
in civitate Dei nostri
in monte sancto eius.

Isaias 60,11
Et aperientur portae tuae iugiter,
die ac nocte non claudentur...

Psalmus 95,1.2-3
...Cantate Domino omnis terra...
Annuntiate de die in diem salutare eius.
Annuntiate inter gentes gloriam eius.
In omnibus populis mirabilia eius.

Psalmus 47,2
Magnus Dominus et laudabilis nimis.
In civitate Dei nostri,
in monte sancto eius.

Psalmus 47,15
...Hic est Deus, Deus noster
in aeternum et in saeculum saeculi...

Psalmus 47,2
Magnus Dominus
in civitate Dei nostri...

Psalmus 47,15
...Ipse reget nos in saecula.
I

Salmo 48,2 (47,2)
Grande es el Señor y digno de loa
en la morada de nuestro Dios,
en su monte santo.

Salmo 96,1-3 (95,1-3)
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor en toda la tierra.
¡Cantad y bendecid su nombre!
Proclamad su salvación cada día.
¡Anunciad su gloria entre las gentes,
y sus maravillas a todos los pueblos!

Salmo 48,2 (47,2)
Grande es el Señor y digno de loa
en la morada de nuestro Dios,
en su monte santo.

Salmo 48,15 (47,15)
Él es Dios, nuestro Dios por siempre,
por los siglos de los siglos...

Salmo 48,2 (47,2)
Grande es el Señor...
en la morada de nuestro Dios...


II

Salmo 137,5 (136,5)
Si yo me olvidara de ti, Jerusalén,
olvidada sea mi diestra.


III

Salmo 130,1-5 (129,1-5)
Desde lo profundo te invoco. Señor:
escucha, Señor, mi voz, mantén atentos
tus oídos a la voz de mis súplicas.
Si tienes en cuenta todas mis faltas,
Señor, ¿quién podrá salvarse?
Pero Tú dispones del perdón
por el que te invoco,
yo lo espero, Señor,
lo espero con toda mi alma,
espero tu palabra.


IV

Salmo 137,5 (136,5)
Si yo me olvidara de ti, Jerusalén,
olvidada sea mi diestra.

Isaías 26,2
¡Abrid las puertas, que entre el pueblo
justo, el depositario de la verdad!

Isaías 52,1
¡Levántate, levántate,
revístete de tu fortaleza, Sión!
Viste las mejores galas de tu gloria,
Jerusalén, morada santa...

Salmo 137,5 (136,5)
Si yo me olvidara de ti, Jerusalén,
olvidada sea mi diestra.


V

Salmo 147,12-14
¡Glorifica Jerusalén, al Señor!
Alaba Sión, a tu Dios, pues ha
reforzado los cerrojos de tus puertas
ha bendecido en tu interior a tus hijos
y ha llevado la paz a tus fronteras...
¡Glorifica a tu Dios, Aleluya!


VI

Ezequiel 37,1-10
La mano del Señor vino sobre mí
y el Señor me llevó fuera,
a un valle que estaba
lleno de huesos.

Me hizo pasar entre ellos
en todas direcciones
y vi que eran muy numerosos
y estaban secos.

Y me dijo: "Hijo de hombre,
¿revivirán estos huesos?" Yo dije:
Señor, Dios, ¡sólo tú lo sabes!

Y me dijo: "Hijo de hombre,
conjura esos huesos y diles:
¡huesos secos,
escuchad la palabra del Señor!"

Entonces dijo el Señor a los huesos:
"Haré entrar en vosotros el espíritu
y resucitaréis"

"Y pondré sobre vosotros nervios
y os cubriré de carne
y extenderé piel sobre vosotros,
y os infundiré espíritu.
¡Viviréis y sabréis que soy Dios!"

Entonces conjuré como me ordenaba,
y al hacerlo, se agitaron los huesos
y se reunieron entre sí.

Y vi que los huesos
se cubrieron de nervios,
creció la carne y los envolvió la piel,
pero no había espíritu en ellos.

Entonces me dijo:
"Conjura al espíritu, hijo de hombre,
y dile: así habla el Señor Dios:
ven, espíritu de los cuatro vientos,
sopla sobre estos huesos muertos
y revivirán"

Conjuré como se me ordenaba
y entró en ellos el espíritu,
revivieron y se pusieron en pie,
formando un enorme ejército.


VII

Jeremías 21,8
...Así habló el Señor:
"Mirad, os doy a elegir entre
el camino de la vida o el de la muerte"

Daniel 7,13
...Vi venir sobre las nubes del cielo
a alguien como el Hijo del Hombre...

Isaías, 59,19
Y en el poniente temerán
al nombre del Señor
y en el oriente su gloria,
pues vendrá como torrente impetuoso
empujado por el soplo del Señor.

Isaías 60,1-3 (60,1-2)
Levántate y resplandece, Jerusalén,
pues ha llegado tu esplendor.
Y la gloria del Señor brilla sobre ti.
Pues la tierra está cubierta de tinieblas
y los pueblos de oscuridad;
sobre ti brilla la aurora del Señor
y en ti se manifiesta su gloria.

Salmo 48,2 (47,2)
Grande es el Señor y digno de loa
en la morada de nuestro Dios,
en su monte santo.

Isaías 60, 11
Tus puertas estarán siempre abiertas,
no se cerrarán ni de día ni de noche...

Salmo 96,1. 2-3 (95,1.2-3)
...Cantad al Señor en toda la tierra...
Proclamad su salvación cada día.
¡Anunciad su gloria entre las gentes,
y sus maravillas a todos los pueblos!

Salmo 48,2 (47,2)
Grande es el Señor y digno de loa
en la morada de nuestro Dios,
en su monte santo.

Salmo 48,15 (47,15)
Él es Dios, nuestro Dios por siempre,
por los siglos de los siglos...

Salmo 48,2 (47,2)
Grande es el Señor
en la morada de nuestro Dios...

Salmo 48,15 (47,15)
...Él nos guiará por siempre.